Características físicas región de Coquimbo.

30.06.2012 00:05

Relieve

A pesar de la particular disposición del relieve, es posible distinguir las cuatro formas que caracterizan a nuestro territorio:

Costa o planicies litorales: modificadas por la acción marina, en esta zona del país las planicies costeras se presentan como una serie de terrazas escalonadas de gran magnitud; tan solo donde se emplaza la ciudad de La Serena aparece como una franja de casi 40 km de extensión.

Cordillera de la Costa: pierde su continuidad y es interrumpida por los cordones andinos que se desprenden y que forman los valles transversales. En ella se ubican los altos de Talinay y el Parque Nacional Fray Jorge (más adelante se analizarán sus peculiares características).

Depresión intermedia: aparece discontinua e interrumpida por montes y valles y se aprecia claramente al interior del valle del Elqui y del Limarí.

Cordillera de los Andes: en este tramo del país se caracteriza por ser alta, maciza y por carecer de actividad volcánica.

A partir de ella se desprenden dos cordones montañosos de importancia, las que reciben el nombre de cordilleras de

Las alturas, que en la parte septentrional alcanzan los 4.500 msnm, van disminuyendo a medida que se avanza hacia el sur. Las cumbres más importantes son los cerros Las Tórtolas (6.320 msnm), de Olivares (6.250 msnm), del Volcán (5.568 msnm), Incaguasi (4.767 msnm), de los Patos o de Guana (4.855 msnm) y Bayo (4.330 msnm).

Hidrografía

En la Región de Coquimbo encontramos tres importantes hoyas hidrográficas, que nacen en la cordillera de los Andes, orientan su curso de acuerdo a la ubicación de los valles transversales y desembocan en el océano Pacífico. Estas corresponden a los ríos Elqui, Limarí y Choapa, que, incluso, le dan nombre a las provincias de la región.

Estos ríos tienen cuencas exorreicas (desembocan en el mar) y régimen mixto; es decir, su caudal proviene de las lluvias en el invierno, y del derretimiento de los hielos acumulados en la cima de las montañas, durante los meses cálidos. En las cuencas del Elqui y el Limarí se han construido embalses  para regular el nivel de su caudal y guardar agua para los períodos de sequía.

En la zona costera es posible encontrar cursos de agua menores –como el del río Quilimarí– y quebradas –como las de Choros, Honda, El Teniente y Conchalí– de carácter esporádico, que transportan agua superficial después de grandes lluvias.

El río Elqui nace en la cordillera andina, producto de la confluencia de los ríos Claro y Turbio; drena una cuenca de 9.700 km² y su longitud alcanza 170 kilómetros. Su régimen de alimentación es mixto, durante el invierno se nutre de las lluvias y en el verano de los deshielos, y sus recursos son utilizados, principalmente, en el riego de los cultivos de su valle, así como también para el consumo humano. Desemboca cerca de La Serena.

El río Limarí cuenta con la hoya hidrográfica de mayor superficie, que alcanza 11.927 km². Nace de la unión de los ríos Hurtado y Grande y se abastece en gran parte por el agua de los deshielos; posee un sistema regulador de aguas, gracias a la presencia de los embalses Recoleta, Cogotí y La Paloma. Su desembocadura se ubica al sur del Parque Nacional Fray Jorge.

El río Choapa nace en la cordillera de los Andes y termina su recorrido en la ensenada de Huentelauquén. Tiene la cuenca de menor extensión de la región, con una superficie de 8.239 km². Su principal afluente es el río Illapel, que se une a su caudal en su curso medio.

Otros de sus tributarios son el río Chalinga y los esteros Camisas, La Canela y Millahue.

Además de los caudales superficiales, la IV Región también cuenta con fuentes de agua subterránea; alrededor de diez son las más importantes, como la de Choros, Juan Soldado, Pan de Azúcar, Tongoy y Pupío.

Reguladores hídricos

Los embalses son estructuras que se construyen para almacenar y controlar las aguas de un río, y que, además, sirven para aprovecharlas de manera efectiva y rentable. Dado que en esta región las precipitaciones todavía no se presentan de forma abundante, gran parte de los cauces poseen embalses, permitiendo el desarrollo de la agricultura y asegurando el suministro hídrico para el consumo humano.

Entre los más destacados podemos señalar:

Laguna: se ubica en la cuenca del río Turbio (en la frontera con Argentina). Regula el caudal del río Elqui y comenzó a operar en 1999.

Recoleta: controla el caudal del río Hurtado (afluente del río Limarí) cubriendo una superficie de 555 hectáreas. Data de la década de los 30 y posee una capacidad de 97 millones de metros cúbicos.

Puclaro: se ubica a 50 km de la ciudad de La Serena, al oeste de Vicuña, en el curso del río Elqui. Fue construido entre los años 1996 y 2000, posee una capacidad para 200 millones de metros cúbicos de agua asegurando el riego para los cultivos agrícolas del valle del Elqui.

La Paloma: en el valle del Limarí, en la confluencia de los ríos Grande y Huatulame. Es el embalse con funciones de riego más grande de Chile.

Culimo: se emplaza en el curso medio del río Quilimarí y controla la cantidad de agua utilizada en el riego del valle del mismo nombre.

Cogotí: fue construido en la confl uencia de los ríos Pama y Cogotí, entre los años 1934 y 1939. Se extiende en una superfi cie de 850 hectáreas y posee una capacidad de 150 millones de metros cúbicos, los que abastecen, principalmente, al valle del Limarí.

Clima

La Región de Coquimbo es una zona de transición climática, entre las condiciones de aridez propias del desierto y la abundante humedad y vegetación que se presenta más al sur. Así, durante el invierno existen precipitaciones que, si bien son escasas, permiten el desarrollo de nuevas asociaciones vegetales y la existencia de una agricultura de gran importancia económica para la región.

Se aprecian tres variedades climáticas de importancia, pero con particulares características: el desierto, la estepa y la tundra de alta montaña.

- Desierto costero con nubosidad abundante: en la franja adyacente a la costa la acción moderadora del océano Pacífico provoca temperaturas parejas, con un promedio que va desde los 10°C hasta los 20°C.

Uno de sus rasgos característicos es que la abundante humedad genera una nubosidad conocida como camanchaca. Esta tiene una mayor presencia en sectores donde el farallón costero alcanza considerables alturas, como sucede en los altos de Talinay, en el Parque Nacional Fray Jorge.

- Desértico transicional: predomina al oriente de la franja costera y se caracteriza por contar con variables y exiguas precipitaciones, además de presentar amplitudes térmicas mayores que las de la costa; la disminución de la nubosidad permite una mayor claridad de los cielos.

- Estepa con nubosidad abundante: se extiende desde Quebrada Honda hasta Quilimarí y entre sus rasgos característicos podemos señalar que sus precipitaciones varían de norte a sur, desde los 100 mm hasta cerca de 275 mm. Además, registra temperaturas promedio que oscilan entre los 5ºC y 15ºC (mínima y máxima) y cuenta con una considerable nubosidad nocturna y matinal.

- Estepa templada marginal: predomina en los valles de la región como Elqui, Limarí y Choapa. Sus temperaturas oscilan entre los 14 y 16°C, mientras que las precipitaciones alcanzan desde los 100 a 250 mm, concentradas, principalmente, en el mes de agosto.

- Estepa fría de montaña: esta variedad climática se desarrolla entre los 1.650 y 4.000 msnm y se destaca por la transparencia atmosférica, que facilita la observación astronómica. En esta zona la temperatura media varía entre 8ºC y 10ºC.

Biogeografía

Los suelos de esta zona del país presentan relativamente mejores condiciones para el desarrollo de diversas especies vegetales, ya que existe un notorio aumento de las precipitaciones en comparación con las regiones que la anteceden. Además, hay otros factores que influyen en la distribución de las diferentes asociaciones vegetales, cuya abundancia aumenta de norte a sur y cordillera a mar. Entre ellos: la disposición de los valles, la nubosidad costera y la red de cordones transversales.

En la franja litoral se destaca la presencia del jaral costero, que es una formación constituida por plantas suculentas, arbustos siempreverdes y cactáceas como el Quisco (Echinopsis chiloensis), Copao (Eulychinia acida) y Sandillón de los ratones (Eriosyce rodentiophila). Además es posible apreciar arbustos como el Pingo pingo (Ephedra andina).

En el sector interior de la región, principalmente en su límite norte, continúa presentándose el fenómeno del desierto florido, en el que las semillas permanecen en estado de latencia hasta la llegada de precipitaciones. En este sector también comienzan a desarrollarse matorrales estepáricos o formaciones de estepas con presencia de matorrales. Una de sus características fundamentales es que ocupan diversos y distanciados espacios entre sí, apreciándose una vegetación poco cohesionada.

En la región es posible apreciar especies como el Piche (Fabiana imbricata), Coirones (Stipa sp), la Violeta andina (Viola andina) y el Biobío (Gymnophiton robustum). Más al sur, crecen otras como el Frangel (Kageneckia angustifolia), los Cadillos o trunes (Acaena pinnatifida o A. splendens), el Guindillo (Valenzuela trinervis), el Coliguay (Colliguaja integerrima), el Lun (Escallonia myrtoidea) y el Romerillo (Baccharis linearis).

Si ascendemos, a mayor altura es fácil detectar la disminución de la vegetación. Dominan especies xerófitas (que crecen en ambientes secos), con presencia de gramíneas, como el Coirón amargo (Stypa chrysophylla).

La fauna de la zona andina, en tanto, destaca por la presencia de mamíferos como la Yaca (Thylamys elegans), la Chinchilla (Chinchilla lanigera), los Zorros chilla y culpeo (Pseudalopex griseus y P. culpaeus) y el Puma (Puma concolor). La avifauna está compuesta por especies como la Tortolita cuyana (Columbia picul) y la Dormilona tontita (Muscisaxicola macloviana).

A partir del río Limarí y extendiéndose hacia el sur de la región, sobre todo en fondos de valles y quebradas, comienza a desarrollarse el matorral de espino. Este se presenta como un matorral ralo (cuyas especies se encuentran separadas espacialmente), en el cual el espino se asocia a arbustos esclerófilos como el Litre (Lithrea caustica), el Molle (Schinus latifolius) y el Quillay (Quillaja saponaria), entre otros.

Áreas silvestres protegidas

- Parque Nacional Fray Jorge: se ubica a 150 km de La Serena, en la comuna de Ovalle entre los 30º 38’ y 30º 44’ de latitud sur y los 71º 35’ a 71º 43’ de longitud oeste. Fue creado en 1941 y posee 9.959 hectáreas; su principal objetivo es conservar la integridad de las especies que allí habitan. Tiene la particularidad de presentar una vegetación típica valdiviana en una zona donde predominan las características del desierto costero, con precipitaciones que sólo alcanzan los 113 mm anuales. Esto se explica debido a la existencia de la camanchaca y a que el sotobosque recibe en forma de rocío el agua suficiente para vivir (equivalente a 1.000 mm de lluvia anual). Así, abundan especies como el Canelo (Drimys winteri), el Olivillo (Aextoxicon punctatum), la Tepa (Laureliopsis philipiana) y una gran cantidad de helechos.

Por su importancia ecológica, el parque fue designado Reserva Mundial de la Biosfera, en 1977.

- Reserva Nacional Pingüino de Humboldt: se ubica justo en el límite que separa a las regiones de Atacama y Coquimbo. Incluye tres islas, Damas, Choros y Chañaral de Aceituno, que, en total, abarcan una superficie de 859,3 hectáreas.

Fue creada en 1990 y en ella habitan especies, como el Pingüino de Humboldt (Spheniscus humboldtii), el Delfín nariz de botella (Tursiops truncatus), el Lobo de mar (Otaria byronia), el Chungungo (Lutra felina) y el Pato yunco (Pelecanoides garnotii), etc.

- Reserva Nacional Las Chinchillas: se ubica a 15 km al norte de Illapel (provincia de Choapa) y posee 4.229 hectáreas. Fue creada en 1983, teniendo como principal objetivo resguardar a la pequeña población de chinchillas, que están actualmente con problemas de conservación. lmonumento natural Pichasca: se emplaza a 56 km al norte de Ovalle, en la comuna de Río Hurtado. El lugar, de 128 hectáreas, fue designado Monumento Natural en 1982 y cuenta con numerosos restos fósiles prehistóricos, tanto de especies vegetales como animales. Destacan algunos fósiles de troncos de más de 70 millones de años y de huesos de dinosaurios del género Antarctosaurus. También hay vestigios de asentamientos incaicos.

Amenazas latentes

Los principales problemas ambientales que debe enfrentar la Región de Coquimbo son:

• Desertificación y pérdida de la cobertura forestal debido, principalmente, a las actividades mineras, el desarrollo de la ganadería caprina y la preparación de nuevas tierras para cultivar.

• Sobreexplotación pesquera, lo que ha derivado en la implementación de cuotas límites de captura, tanto para la pesca industrial como para la artesanal.

• Destrucción de la biodiversidad.

• Alteración del borde costero, producto del desarrollo de proyectos inmobiliarios.

• Aumento de la contaminación del suelo y de los cursos de agua de la zona.

 

Fuente: Icarito.